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viernes, 24 de octubre de 2014

El porqué de estudiar Clásicas.

La pregunta que todo indeciso se hace en una etapa de su vida cuando tiene que elegir por ejemplo entre ser de puras letras o de ser de matemáticas u otro cualquier planteamiento que a uno le surge a veces en una etapa de nuestra existencia, ¿Por qué Clásicas y no otra cualquier modalidad?

Yo puedo responder desde mi punto de vista, desde todo lo vivido, desde que afloró el pensamiento de estudiarlas e interesarme por todo lo relacionado. Lo primero que hay que saber es sí de verdad te gusta, si te encanta mirar el Coliseo u fotos del Partenón o escuchar para relajarte música en Latín o tener curiosidad por saber alguna cosa sobre su forma de vivir o de aprender, interesarte por los filósofos como Platón y porque buscaba la verdad sobre nuestra existencia o hablar sobre la Batalla de Zama de nuestro General Escipión El Africano. 

También simplemente tienes que sentir las clásicas en tu interior. Es decir, dejarte llevar, dentro de lo que cabe, dentro de tu imaginación durante una traducción o cuando ves un documental de Grecia y Roma, de su escultura, de esas curvas Praxitelianas de Praxíteles, de la época cumbre de Roma, de Julio César. Dejarte llevar imaginando como deberían desempeñar las funciones que hoy nosotros estudiamos como simplemente, sus estrategias en las líneas de batalla, los sentimientos patrióticos de las legiones al ganar cualquier batalla y después de ganar el sentimiento de sentirse invencibles. 

Además también se te tienen que dar bien. Ese es mi problema que el Griego lo llevo bien, pero lo que es el Latín pues ahí tengo un problema de conceptos básicos e impetuosidad que deberé corregir con el tiempo y con la experiencia. Eso supone un problema, más que todo porque hay días en los que no sabes porqué, pero no eres capaz de traducir una simple oración de relativo de tres palabras bien o de encontrar su antecedente. Hay muchos días grises que te frustran y muchos geniales que no los olvidarás en tu vida pase lo que pase, y más a personas como yo que pensamos que pensamos que seguro vamos a estudiar eso digan lo que digan y ser felices con más o con menos durante nuestra vida porque cuando se dio la oportunidad escogimos lo que nos levanta una sonrisa desde la mañana.

Muchas veces llegas a replantearte dentro de la frustración que sí de verdad vas a ser capaz de seguir adelante y que a lo mejor estás haciendo lo incorrecto. Pero cuando pasan horas y te ves incapaz de acostarte y dormir sin traducir un texto, sin volver a intentarlo otra vez, sin no arriesgarte a llevarte otro día entristecido porque no te ha vuelto a salir, te das cuenta de que lo tuyo te cueste más o te cueste menos son las Clásicas. Y es así. Cuando te planteas si de verdad vales para estudiar esto y llegas a la conclusión de que no, sólo tienes que mirar a tu alrededor y observar a tu entorno, y verás que seguro lo tuyo son las Clásicas porque simplemente no te ves como otra cosa. 

En los días de frustración tienes que pensar que un alumno de humanidades nunca se rinde (esta frase es la que me hace que días en los que no sale porque no, yo lo siga intentando), por días malos, por textos que te hayan llevado la vida entera para hacerlos para luego hacerlos mal, tienes que pensar que después de la tormenta sale el Sol, y que habrá un día que verás todo de mejor manera, con otra perspectiva. Eso se ve, se ve cuando escuchas a alguien que dice que el Latín es una lengua muerta o escuchas a un chico de Ciencias decir: "Nosotros dominaremos el mundo mientras ustedes lo traducís" y se te hierve la sangre y empiezas a demostrarle que está equivocado y defiendes por encima de todo un estilo de vida, de enseñanza, y de pensamiento que el no será capaz de conseguir nunca. Eso es saber que lo tuyo son las Clásicas y que cueste lo que cueste llegarás a la cima y te sentirás orgulloso por todo lo que has luchado hasta llegar a esta.





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