Las Guerras Médicas fueron una
serie de conflictos entre el Imperio Aqueménida de Persia y las ciudades-estado
del mundo helénico que comenzaron en 499 a. C. y se extendieron hasta 449 a. C.
La colisión entre el fragmentado mundo político de la antigua Grecia y el
enorme imperio persa comenzó cuando Ciro II el Grande conquistó Jonia en 547 a.
C. y tuvo sus puntos álgidos en dos fallidas expediciones persas contra Grecia,
en 490 y 480-479 a. C., conocidas como Primera y Segunda Guerra Médica. El
enfrentamiento entre griegos y persas, del que las guerras Médicas fueron sólo
una fase, duró en total más de dos siglos y culminó con la conquista y
disolución del imperio Aqueménida por Alejandro Magno en el siglo siguiente.
Los propios griegos se refirieron
a estas guerras como el «Asunto Medo» (Μηδικά, Mĕdiká), pues aunque eran
perfectamente conscientes de que el imperio Aqueménida, su enemigo, estaba
gobernado por una dinastía persa, conservaron para éste el nombre con que fue
conocido antes, Media, una región contigua a Persia sometida a su imperio.
PRIMERA GUERRA MÉDICA
En Atenas algunos hombres ya
veían los signos del inminente peligro. El primero de ellos fue Temístocles,
elegido arconte en 493 a. C. Temístocles creía que la Hélade no tendría
salvación en caso de un ataque persa, si Atenas no desarrollaba antes una
poderosa marina.
De esta forma, fortificó el
puerto de El Pireo, convirtiéndolo en una poderosa base naval, mas pronto
surgiría un rival político que impediría el resto de sus reformas. Se trataba
de Milcíades, miembro de una gran familia ateniense huida de las costas del
Asia Menor. Se oponía a Temístocles porque consideraba que los griegos debían
defenderse primero por tierra, esperanzado en la supremacía de las largas
lanzas griegas contra los arqueros persas. Los atenienses decidieron poner en
sus manos la situación, enfrentando así la invasión persa.
La flota persa se hizo a la mar
en el verano de 490 a. C., dirigidos por Artafernes, conquistando las islas Cícladas
y posteriormente Eubea, como represalia a su intervención en la revuelta jonia.
Posteriormente, el ejército persa, comandado por Datis, desembarcó en la costa
oriental del Ática, en la llanura de Maratón, lugar recomendado por Hipias
(anterior tirano de Atenas, a favor de los persas desde su exilio) para ofrecer
batalla, por considerarla el mejor lugar para que actuara la caballería persa.
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